lunes, 16 de julio de 2012

Ruptura de pareja: Hemos decidido separarnos


Está constatado que las épocas de vacaciones son momentos donde sube el número de separaciones, por eso queríamos dedicar un post a este tema y al enfoque a dar para una familia que se tiene que reconstruir.




HEMOS DECIDIDO SEPARARNOS




Cuando iniciamos una relación con una persona, habitualmente pensamos que esa relación durará toda la vida. La realidad es que son muchas las parejas (con vínculo matrimonial o sin él), que deciden poner fin a la relación por diversos motivos. Las emociones positivas que rodean el inicio de una relación nada tienen que ver con las emociones con la que se finaliza.

Cuando un miembro de la pareja o ambos, deciden poner fin a la relación, atrás quedan momentos de tristeza, de enfrentamientos, de desamor… que hacen que esas dos personas ahora se perciban lejanas. Dependiendo de cada persona, del momento en el que esté, del proceso de separación emocional que lleve hecho y de muchos otros factores, las emociones que acompañarán a la separación serán más o menos intensas y, por lo tanto, más o menos manejables.

Y, justo en esta revolución emocional que supone la separación, es cuando la situación demanda que se tomen decisiones que van a afectar al futuro de la familia y, sobre todo, al futuro de los hijos. Y esas decisiones hay que tomarlas junto a la persona de la que te quieres separar, dos actos que parecen contradictorios. Con esa persona es con quien hay que decidir cuestiones tan importantes como dónde vivir, cómo reorganizar cuestiones económicas, de qué manera van a vivir los hijos,...

Ante la dificultad de manejar situaciones emocionales tan intensas, muchas parejas dejan en manos de una tercera persona (el Juez), las decisiones sobre cómo va a ser su vida, y la de sus hijos. Esa persona, el Juez, aunque haya visto muchas realidades familiares, no conoce cómo es cada una de las familias que acuden. En el mejor de los casos, preguntará y se hará una idea y decidirá imponer un criterio, que puede ser muy valido, pero es su criterio, no es el criterio de la familia. Tomará algunas decisiones que parezcan adecuadas a una parte y quizá no a la otra, en todo caso, tomará decisiones que hay que acatar, puesto que la familia ha puesto en sus manos el poder para decidir por ellos.

Cuando una familia se separa, pasa a ser una familia diferente, pero no deja de ser familia. Los padres, quieran o no quieran, van a tener que saber el uno del otro, y comunicarse, aunque sea brevemente, para cuestiones relativas a sus hijos.

Ya que vamos a tener que mantener el contacto como padres, ¿no es más fácil no romper ese contacto?

Y, cuando vamos a los tribunales, ¿no estamos rompiendo ya ese contacto?

Incluso, cuando vamos a un abogado o abogada, y nos dice los pasos a dar para separarnos, qué nos correspondería a cada uno,… ¿no está hablando por la familia en vez de dejar que la familia decida sobre cómo va a gestionar su vida?

Si vuestra realidad familiar está cambiando, ¿por qué no daros la oportunidad de pensar la manera de modificar esa realidad para que sea lo menos dañina posible para todos?

La Mediación Familiar nace precisamente para dar respuesta a estas situaciones, para ayudar a las familias a disminuir el grado de conflicto y facilitar el poder llegar a acuerdos.

La Concejalía de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Daganzo pone a disposición de los ciudadanos un Servicio de Mediación Familiar para atender a estas cuestiones.

Podéis disponer de más información accediendo al tríptico informativo del servicio: TRÍPTICO DE MEDIACIÓN FAMILIAR. También podéis solicitar cita en el Centro de Servicios Sociales y tener una entrevista personal (Teléfono. 918782908).






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