igualdad.(Del lat. aequalĭtas, -ātis).
En la semana de mujer vemos fundamental hablar de IGUALDAD.
Consultando el diccionario de la lengua española nos ha sorprendido gratamente que todas y cada una de las acepciones de IGUALDAD aportan un aspecto positivo. Incluso las podemos trasladar al contexto de lo para nosotros significa IGUALDAD DE GÉNERO.
Los aspectos físicos, psicológicos y emocionales, de hombres y mujeres nos hacen diferentes, pero creemos que en la “conformidad y aceptación de las singularidades del otro”, en la “correspondencia y proporción que resulta de muchas partes que uniformemente componen un todo”, y en la “equivalencia de dos cantidades o expresiones” radica en que hombres y mujeres nos sintamos IGUALES.
En definitiva: aceptarnos, valorarnos y respetarnos con nuestras diferencias y peculiaridades, por encima de la lucha de compartir plancha y aspiradora (que también, no se nos venga arriba el sector masculino).
Es responsabilidad tanto de hombres como de mujeres (con nuestras diferencias) conseguir una sociedad basada en la igualdad, ya que tanto hombres como mujeres formamos parte de ella; del trabajo, de la educación de nuestros hijos/as, de la forma de ver a los demás, de la transmisión de valores que contribuyan a una evolución social positiva.
Todos y cada uno de nosotros formamos la sociedad, empezando en nuestra casa, nuestro grupo de amigos, nuestro barrio, nuestro colegio, nuestro trabajo…Es en la vivencia diaria donde se consigue, el cómo lo veamos y vivamos en nuestro día a día. Nos gustaría que aportases desde tu experiencia…..
¿QUÉ SIGNIFICA PARA TI IGUALDAD?
He tenido y tengo una vida privilegiada. Por supuesto no era consciente de ello de niña y a veces lo olvido incluso hoy en día, pero fijaos.
ResponderEliminarCrecí en un ambiente femenino.
En casa, cuatro hermanas, madre abuela y padre. Ayudábamos en las tareas del hogar y echábamos una mano en la mecánica a papá y en el pequeño negocio familiar. Todos aportábamos en uno u otro grado, aunque nosotras, las niñas, en cierto modo estábamos siempre escusadas. Lo primero era estudiar. Nunca nos dijeron un: Haced esto, que sois chicas…
En la escuela, colegio de chicas hasta los diecisiete. Nuestro crecimiento no se encontró con ninguna barrera. El mundo era para nosotras y lo devorábamos cada día. Nunca existió la barrera: esto no, que es de chicos…
Lo femenino cambió a masculino al entrar en la universidad y así continuó en el mundo laboral. Un cambio que no supuso ningún cambio para mí en realidad. Estudié codo con codo con mis amigos. Trabajo codo con codo con mis compañeros.
Llegué hasta la treintena ignorante. Ignorante de que lo que yo creía normal, no lo era. Ignorante de que más allá de mi mundo no todo es igualdad. Ignorante de una enorme y fea palabra: Discriminación y de su también feo apellido De género.
Y qué es lo que yo entiendo por Igualdad? No tener que plantearme si soy chico o chica. SOY. No tener que demostrar o hacer más porque mi género acaba en –a. Vivir en el mundo en el que todos tenemos las mismas expectativas, opciones, responsabilidades, retribuciones. Vivir, como lo he podido hacer siempre, sin tener que evaluar cada uno de mis movimientos sin la plantilla de la pregunta: ‘esto es cosa de chicos o de chicas?’. Eso es para mí la igualdad.
Para mi la igualdad es tener los mismo derechos en todos los ambitos de la vida.
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